Eso lo puede hacer mi primo

Seguro que a muchos de los que os dedicáis al diseño gráfico os ha pasado esto: un conocido le pasa tu contacto a un posible cliente, quedas con él, te tomas un café y te cuenta su caso. Necesita identidad gráfica, logotipo y todo el material de papelería para la nueva empresa que va a poner en marcha. Te interesas en el sector, en sus gustos y profundizas un poco en el tema durante la conversación. Todo te parece muy interesante y le dices que crees que puedes ayudarle y hacer algo bueno para él… y que le va a costar 500 euros…

El «cliente» jeta

Aquí es cuando llega lo que yo llamo el carrusel de caras. Primero el «cliente» pone cara de estás robando el pan de mis hijos, después tú te das cuenta de su expresión y pones cara de otro que quiere que trabaje gratis. Y entonces es cuando te sueltan la frase: «pero si eso lo puede hacer mi primo» (y por supuesto gratis).

¿Cómo reaccionar?

Después de muchos años ya en ésto os puedo asegurar que mis reacciones ante casos así han sido de lo más variopintas.

Al principio sentía vergüenza, quería hacer el trabajo porque era un proyecto bonito y en muchas ocasiones acababa haciéndolo gratis o por una miseria porque pensaba que quizá en el futuro podría hacer más trabajos con ese cliente, esta vez cobrando. ERROR. Mi consejo es que huyáis como de la peste de estos supuestos «clientes» aunque sean familiares o amigos. Jamás os van a pagar un trabajo y lo que es peor, sientan precedentes para que los futuros diseñadores pasen hambre.

Después pasé por la fase de intentar explicar al susodicho la diferencia notable que había entre un trabajo profesional y uno de aficionado y que por supuesto la calidad de un proyecto y otro estaría a años luz de distancia… como quien oye llover…«si, pero mi primo, que sabe de ordenadores, me lo hace gratis».

Ahora ya ni me molesto en explicar nada, simplemente les miro y les digo: «me parece estupendo, que lo haga tu primo y mucha suerte con tu proyecto. (la vas a necesitar viendo lo que valoras la imagen de tu empresa). De hecho, estoy deseando ver el resultado final».

No regales tu tiempo

El de diseñador es un trabajo como cualquier otro.
  • Un trabajo que requiere formación.
  • Un trabajo que requiere horas en la realización de los proyectos.
  • Un trabajo que debe cobrarse.

Valorar vuestro trabajo

Con este post os pido a todos los que desarrolláis trabajos de diseño o similares que por favor valoréis vuestro trabajo.

Pensar que lo que vendéis no es un logotipo y que vuestro trabajo no es solo saber manejar un determinado programa informático.
Lo que estáis vendiendo es tiempo.

El tiempo que tuvisteis que emplear para formaros y para aprender lo que sabéis ahora.
El tiempo que pasasteis viendo trabajos de otros diseñadores, observando las cosas que funcionan y las que no.
El tiempo que pasaréis realizando el trabajo, estudiando las posibilidades y haciendo las modificaciones que os pidan.
Por ésto es por lo que debéis cobrar, no por el trabajo final.

Quizá el primo de nuestro amigo no valore mucho su tiempo, pero os puedo asegurar que para mi es lo más importante, mi tiempo, y que nunca más lo voy a regalar.

¿Y cuánto cobro por mi tiempo?

Esto es algo que tendréis que decidir vosotros mismos. Es probable que un trabajo que alguien hace por 1000 otro lo haga por 500 y no sienta que ha tirado su tiempo. De eso siempre hay.

Yo no os puedo decir lo que vale vuestro tiempo, pero si os sirve de ayuda os dejo estas herramientas para que calculéis cómo está el mercado. Están en inglés, pero seguro que vosotros que sois gente ilustrada no tendréis problemas en entenderlas.

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Para calcular el coste de un trabajo creativo

Espero que os haya gustado y que, como yo, nunca más volváis a regalar vuestro tiempo.